Consejos de seguridad para niños al usar y almacenar medicamentos
Cada año, miles de niños reciben atención en salas de emergencias por haber encontrado y tragado medicamentos o porque les dieron una cantidad equivocada sin intención. Es más importante que nunca que los cuidadores conozcan las dosis correctas y la forma adecuada de almacenar los medicamentos.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la administración de dosis incorrecta es el problema más común relacionado con los medicamentos que provoca que los niños deban ir la sala de emergencias. Un padre, una madre u otro cuidador administra demasiado medicamento, o muy poco.
Los medicamentos pediátricos habitualmente vienen en formato líquido y una confusión con respecto a las unidades de medición puede generar errores en las dosis. Es fundamental que los padres y los cuidadores no realicen un cálculo estimado o adivinen la cantidad correcta.
Para ayudar a prevenir errores en la administración de dosis puedes pedirle al proveedor que recete los medicamentos líquidos orales con dosis que utilicen milímetros (ml). Si las instrucciones de administración de dosis o la etiqueta del medicamento no están claras o tienes dudas, consulta con tu proveedor o farmacéutico para verificar la dosis correcta.
Consejos importantes para la administración de dosis:
- Debes conocer la dosis: lee toda la información que figura en la etiqueta del medicamento y sigue las indicaciones. No le des un medicamento a un niño con más frecuencia o en cantidades mayores a las indicadas en el envase.
- Debes medir la cantidad adecuada: siempre mide la dosis para tu niño mediante la herramienta de administración de dosis (jeringa oral o taza dosificadora) que viene con el medicamento.
- Debes utilizar la herramienta adecuada: si no tienes la herramienta de administración de dosis adecuada (jeringa oral o taza dosificadora), pídele una a tu farmacéutico. No utilices una cuchara doméstica, ya que no proporciona una dosis precisa.
- Obtén respuestas a tus preguntas: si no entiendes las instrucciones de la etiqueta, o cómo usar una herramienta de administración de dosis, habla con tu farmacéutico o con el médico antes de administrar el medicamento.
Consejos para un almacenamiento apropiado:
- Elige un lugar seguro: recorre tu casa y encuentra el lugar más seguro para guardar los medicamentos. El lugar debe ser alto y estar alejado de la vista y el alcance de los niños pequeños.
- Cierra la tapa de seguridad: siempre vuelve a cerrar la tapa de un frasco de medicamentos. Si el frasco tiene una tapa de seguridad que gira, gírala hasta que escuches el clic o no puedas girarla más.
- Guarda los medicamentos: después de cerrar la tapa de seguridad, es importante que siempre vuelvas a guardar los medicamentos en su lugar de almacenamiento seguro. Los niños curiosos actúan rápidamente, así que nunca dejes un medicamento sobre la mesada de la cocina o en la mesa junto a la cama de un niño enfermo, aunque tengas que volver a dárselo en unas pocas horas.
- Recuérdaselo a los invitados: pídeles a tus familiares, huéspedes u otros invitados que conserven sus carteras, bolsos o abrigos con medicamentos en lugares altos y no visibles cuando estén en tu casa.
- Mientras estés de viaje: cuando estés hospedado con familiares o amigos, o en un hotel, encuentra un lugar seguro para guardar que esté fuera de la vista y el alcance de los niños pequeños, como un armario alto. Si estás en una habitación de hotel, usa la caja de seguridad de la habitación, protegida con contraseña, para guardar de forma segura.
- Ten cuidado con los colores: los medicamentos son coloridos y atractivos para los niños y pueden confundirse con golosinas. Por ejemplo, Tums® tiene un aspecto similar al de SweeTarts®, y las aspirinas parecen Skittles® o M&M’s®. Los padres no deben alentar a los niños a tomar sus medicamentos comparándolos con golosinas, dado que esto puede conducir a un uso inadecuado.
Los medicamentos pueden mantenernos saludables, pero pueden ser extremadamente peligrosos si los toma la persona incorrecta o en una cantidad incorrecta. Si le agregas la curiosidad de un niño, tendrás los ingredientes para una situación muy peligrosa. Afortunadamente, si somos conscientes, podemos mantener a salvo a los niños.